¿Qué es el hidrógeno verde y cómo se obtiene?
El hidrógeno es, seguramente, el elemento químico que más presencia tiene en nuestro planeta y buena parte de la «materia visible» que forma el Universo. De ahí que estamos ante una fuente de energía virtualmente inagotable y que no deja huella de carbono en la atmósfera cuando se produce a partir de energías limpias y renovables. A diferencia de los procesos que buscan su obtención a través de combustibles fósiles, en el caso de su modalidad verde, esta se obtiene también tras un proceso químico conocido como «electrólisis», que no es otra cosa que la separación de los elementos que forman el agua, es decir, el hidrógeno del oxígeno, pero utilizando electricidad generada a partir de fuentes limpias o renovables. Es decir, gracias a la que conseguimos a través del sol, el viento, etc.
Simplemente adoptando este proceso de generación de hidrógeno verde, seríamos capaces de ahorrar los más de 830 millones de toneladas de CO2 que se emiten a la atmósfera anualmente y que se producen tras la utilización de combustibles fósiles a la hora de obtener hidrógeno «gris». Eso sí, esta transformación tiene un problema y es que la cantidad de energía que se necesitaría para suplir con la alternativa verde alcanzaría cantidades prácticamente imposibles de satisfacer a día de hoy, que equivaldrían, según algunos expertos, a toda la demanda eléctrica de Europa en un año.
El hidrógeno como energía limpia
Como ya os hemos comentado en otras ocasiones, el hidrógeno verde es una alternativa respetuosa con el medio ambiente que necesita, para ser obtenido, del uso de energías limpias y renovables. Es por esa razón, y en el entorno actual de descarbonización mundial, que su demanda ha ido creciendo imparable desde los años 70 hasta nuestros días, donde se ha convertido en una alternativa más que interesante, aunque también es cierto que, en comparación con otras energías, su precio de producción sigue siendo demasiado elevado. Aun así, los expertos creen que para el año 2030 este hidrógeno verde conseguirá reducir sus costes para situarse en una posición de verdadera competencia respecto de otras energías renovables y limpias como son la solar y eólica.
La razón, y la gran ventaja, por la que el hidrógeno verde es una energía limpia se debe a que durante todo el proceso de electrolisis no se genera ningún tipo de huella de carbono, o emisión de CO2 a la atmósfera. Únicamente se produce vapor de agua. Además, se trata de un recurso natural que se viene utilizando desde principios del siglo XIX y que ha impulsado desde entonces tanto a coches y vehículos de motor, como a naves espaciales y dirigibles, los mismos que llenaron los cielos de buena parte del mundo a principios del siglo XX.